María es el lado misericordioso y tierno del amor de Dios
"Si juntáramos el amor de todos los hijos a sus madres, el de todas las madres a sus hijos, el de todas las mujeres a sus maridos, el de los santos y los ángeles a sus protegidos: todo ese amor no igualaría al amor que María tiene a una sola de nuestras almas".
San Alfonso María de Ligorio
Primero, no lo creí porque era demasiado grande para ser cierto. Hoy, lo creo, y posiblemente estas palabras de San Alfonso se quedaron cortas.
Yo me pregunto: si de veras creemos en este amor que nos tiene María Santísima como madre ¿podremos sentirnos desgraciados? ¿Podremos sentirnos desesperados? ¿Podremos vivir una vida sin alegría, sin fuerza, sin motivación? ¿Podremos alguna vez llegar a decir "no puedo, me voy"? Si Cristo, por nosotros, dio su sangre, su vida, ¿qué no dará la Santísima Virgen por salvarnos? Ella ha muerto crucificada, espiritualmente, por nosotros. A Cristo le atravesaron manos y pies por nosotros; a Ella una espada le atravesó el Alma, por nosotros.
Como San Juan Pablo II decía, "totus tuus": todo tuyo y para siempre. Aquella expresión que el Papa nos decía: "Luchando como María y muy juntos a María", que le repitan siempre: "totus tuus".
A lo largo de la historia, se ha visto como el rezo del Santo Rosario pone al demonio fuera de la ruta del hombre y de la Iglesia. Llena de bendiciones a quienes lo rezan con devoción. Nuestra Madre del Cielo ha seguido promoviéndolo, principalmente en sus apariciones a aquellos pastorcillos de Fátima.
El Rosario es una verdadera fuente de gracias. María es medianera de las gracias de Dios. Dios ha querido que muchas gracias nos lleguen por su conducto, ya que fue por Ella que nos llegó la Salvación.
Felices Fiestas
en Honor de Nuestra Excelsa Patrona,
Madre y Protectora,
la Virgen del Rosario de los Pastores