Los doce Apóstoles

Cristo Salvador. 1610-14. Oleo Lienzo, 99 x 79 cm. Museo de El Greco, Toledo.

      Los discípulos, o apóstoles, de Cristo fueron las piedras fundamentales de su iglesia. En Apocalipsis 21:14 se nos dice que los doce cimientos del muro de la Nueva Jerusalén tendrán inscritos sobre ellos los nombres de los doce discípulos (o apóstoles). Es evidente, de esta forma, que nuestro Señor le atribuye gran importancia a estos hombres.

Según estudiamos estas vidas valerosas del primer siglo, y lo que el discipulado significó en la época de Cristo, podemos esperar recibir ayuda para desarrollar un discipulado del siglo XX dirigido por el Espíritu como Cristo debe haber querido decir que sería.

La siguiente información se basa en lo que se cuenta de estos 12 hombres en el Nuevo Testamento, junto con las más respetadas leyendas y tradiciones. Nosotros no queremos decir que la leyenda y la tradición constituyen afirmaciones históricas. Pero sentimos que tienen valor en el estudio de las vidas de estos hombres que “… cambiaron el sentido del mundo…”

Andrés. 1610-14- Oleo lienzo, 97 x 77 cm. Museo de El Greco, Toledo

        Andrés era el hermano de Pedro, e hijo de Jonás. Vivió en Betsaida y Capernaúm y era pescador antes de que Jesús lo llamara. Originalmente fue un discípulo de Juan el Bautista (Marcos 1:16-18). Andrés trajo a su hermano Pedro a Jesús (Juan 1:40). Él es el primero en tener el título de Misionero en Casa y en el Extranjero. Es reclamado por tres países como su Santo Patrono –Rusia, Escocia y Grecia. Varios estudiosos dicen que predicó en Sitia, Grecia y Asia Menor.

Andrés trajo a otros a Jesús también. Aunque las circunstancias lo colocaron en una posición donde podría haber sido fácil para él llegar a ser celoso y resentido, fue optimista y estuvo contento en el segundo plano. Su principal propósito en la vida fue traer a otros al Maestro.

De acuerdo con la tradición, Andrés murió como mártir en Acaya, Grecia, en el pueblo de Patra. Cuando la esposa del Gobernador Aepeas fue sanada y convertida a la fe cristiana, y poco después de que el hermano del Gobernador se volviera cristiano, Aepeas se enojó mucho. Él arrestó a Andrés y lo condenó a morir en la cruz. Andrés, sintiéndose indigno de ser crucificado en una cruz en la misma forma que su Maestro, suplicó que la suya sea diferente. Así que fue crucificado en una cruz con forma de X, la cual hasta el día de hoy es llamada la cruz de San Andrés y es uno de sus símbolos apostólicos. También se usa un símbolo de dos peces cruzados para referirse a Andrés, ya que él era pescador originalmente. Sus restos se encuentran en la Catedral de Amalfi, Roma, Italia.


Bartolomé. 1610-14. Oleo Lienzo, 97 x 77 cm. Museo de El Greco, Toledo.


        Bartolomé Natanael, hijo de Talmai, vivió en Caná de Galilea.

La tradición dice que fue misionero en Armenia. Un número de estudiosos cree que fue el único discípulo que provino de sangre real, o de una familia noble. Su nombre significa Hijo de Tolmai o Talmai (2º Samuel 3:3). Talmai fue rey de Gesur cuya hija, Maaca, fue esposa de David, madre de Absalón.

El nombre de Bartolomé aparece en cada lista de los discípulos (Mateo 10:3; Marcos 3:18; Lucas 6:14; Hechos 1:13). Este no era el primer nombre, no obstante, fue su segundo nombre. Su primer nombre probablemente era Natanael, a quién Jesús llamó “un verdadero Israelita, en quien no hay engaño.” (Juan 1:47)

El Nuevo Testamento nos da muy poca información sobre él. La tradición indica que fue un gran investigador de la Escritura y un estudioso de la ley y los profetas. Se transformó en un hombre de rendición completa al Carpintero de Nazaret, y uno de los misioneros más aventureros de la Iglesia. Se dice de él que predicó con Felipe en Phrygia y Hierápolis; también en Armenia. La Iglesia de Armenia lo reclama como su fundador y mártir. Sin embargo, la tradición dice que él predicó en India, y su muerte parece haber tenido lugar ahí. Murió como un mártir por su Señor. Fue despellejado vivo con cuchillos y decapitado. Sus restos se encuentran en la Iglesia de San Bartolomé, Roma, Italia.

Su símbolo apostólico es tres cuchillos paralelos.

Santiago el Mayor. 1610-14. Oleo Lienzo, 97 x 77 cm. Museo de El Greco, Toledo.

        Santiago el Mayor, Boanerges, hijo de Zebedeo y Salomé, hermano de Juan el Apóstol; un pescador que vivió en Betsaida, Capernaúm y Jerusalén. Predicó en Jerusalén y Judea y fue decapitado por Herodes, en el año 44 DC (Hechos 12:1,2). Fue un miembro del Círculo Interno, llamado así porque estaba formado por los que recibieron privilegios especiales. El Nuevo Testamento nos cuenta muy poco sobre Santiago. Su nombre nunca aparece separado del de su hermano Juan. Ellos eran un dúo inseparable (Marcos 1:19-20; Mateo 4:21; Lucas 5:1-11).

Fue un hombre de coraje y espíritu de perdón – un hombre sin envidia, viviendo a la sombra de Juan, un hombre de extraordinaria fe. Fue el primero de los doce en convertirse en mártir, siendo decapitado con una espada en el 44 d.C. Sus restos se encuentran en la Iglesia de Santiago de Compostela, España. .

Su símbolo es tres caparazones de crustáceo, en señal de su peregrinación por el mar.

Santiago el Menor. 1610-14. Oleo Lienzo, 97 x 77 cm. Museo de El Greco, Toledo.


        Santiago el Menor o más joven, hijo de Alfeo, o Cleofás y María, vivió en Galilea. Fue el hermano del Apóstol Judas.

De acuerdo a la tradición él escribió la Epístola de Santiago, predicó en Palestina y Egipto y fue crucificado en Egipto. Santiago fue uno de los discípulos menos conocido. Algunos estudiosos creen que fue el hermano de Mateo, el recaudador de impuestos. Santiago fue un hombre de carácter fuerte y un tipo de los más ardientes. La tradición nos cuenta que él también murió como un mártir y su cuerpo fue cortado en pedazos en el 55 d. C. La sierra se convirtió en su símbolo apostólico. Sus restos se encuentran en la Basílica de San Pedro, Roma, Italia.

Juan, el Evangelista. 1610-14. Oleo Lienzo, 97 x 77 cm. Museo de El Greco, Toledo.


        Juan Boanerges, hijo de Zebedeo y Salomé, hermano de Santiago, el apóstol. Fue conocido como el discípulo amado. Un pescador que vivió en Betsaida, Capernaúm y Jerusalén y fue miembro del Círculo Interno. Él escribió el Evangelio según San Juan, 1º de Juan, 2º de Juan, 3º de Juan y Apocalipsis. Predicó entre las iglesias de Asia Menor. Desterrado en la Isla de Patmos, fue más tarde liberado y murió de muerte natural. Juan fue uno los apóstoles prominentes. Es mencionado en varios lugares en el Nuevo Testamento. Fue un hombre de acción; era muy ambicioso; y un hombre con un temperamento explosivo y un corazón intolerante. Su segundo nombre fue Boanerges, el cual significa Hijo del Trueno. Él y su hermano Santiago vinieron de una familia de mejor posición que el resto de los apóstoles. Siendo que su padre contrataba sirvientes en su negocio pesquero (Marcos 1:20) él pudo haberse sentido por sobre el resto. Estuvo muy cerca de Pedro. Actuaron juntos en el ministerio. Pedro, sin embargo, era siempre el vocero del grupo.

Juan maduró con el tiempo. En la etapa posterior de su vida, se había olvidado de todo, incluso de su ambición y temperamento explosivo, excepto de su compromiso de amor para con el Señor.

Se dice que un atentado fue realizado contra su vida mediante un cáliz de veneno del cual Dios lo salvó. Murió de causas naturales en el 100 d.C. Un cáliz con una serpiente en el mismo es su símbolo. Sus restos se encuentran en la Basílica de San Juan, en Turquía.


Judas Iscariote. 1880. Autor José Ferráz Almeida. Museo Nacional de Bellas Artes de Río de Janeiro.

 

        Judas Iscariote, el traidor, fue el hijo de Simón quien vivió en Kerioth de Judá. Él traicionó a Jesús por treinta piezas de plata y luego se ahorcó (Mateo 26: 14,16).

Judas, el hombre que llegó a ser el traidor, es el enigma supremo del Nuevo Testamento porque es muy duro ver como alguien que estuvo tan cerca de Jesús, que vio tantos milagros y oyó muchas de las enseñanzas del Maestro pudo entregarlo en mano de sus enemigos.

Su nombre aparece en tres listas de los 12 Apóstoles (Mateo 10:4; Marcos 3:19; Lucas 6:19). Se dice que Judas vino de Judá, cerca de Jericó. El era un judío y el resto de los discípulos eran Galileos. Era el tesorero del grupo y estaba entre los que lideraban conversaciones.

Se dice que Judas era un judío nacionalista violento que siguió a Jesús con la esperanza de que a través de Él sus sueños y su llama nacionalistas pudieran ser realizados. Nadie puede negar que Judas fuera un hombre codicioso y a veces usó su posición como tesorero del grupo para tomar dinero del monedero común.

No hay una razón cierta de por qué Judas traicionó a su maestro, pero no fue su traición lo que colocó a Jesús en la Cruz, sino nuestros pecados. No se conoce el lugar de su tumba.

Su símbolo apostólico es el lazo corredizo de una horca, o una bolsita de dinero con piezas de plata cayéndose de él.

Judas Tadeo 1610-14. Oleo Lienzo, 97 x 77 cm. Museo de El Greco, Toledo.


        Judas Tadeo, o Lebeo, hijo de Alfeo o Cleofás y María. Fue hermano de Santiago el más joven. Fue uno de los apóstoles de los que se sabe poco y vivió en Galilea. La tradición dice que predicó en Asiria y Persia y murió como mártir en Persia.

Jerónimo lo llamó “Trinomios” lo cual significa “un hombre con tres nombres”. En Marcos 3:18 es llamado Tadeo. En Mateo 10:3 es llamado Lebeo. Su apellido era Tadeo. En Lucas 6:16 y Hechos 1:13 es llamado Judas el hermano de Santiago. Judas Tadeo también fue llamado Judas el Zelote.

Por su carácter fue un intenso y violento nacionalista con el sueño de poder mundial y dominio del pueblo escogido. Según los registros del Nuevo Testamento (Juan 14:22) él le preguntó a Jesús en la Última Cena, “¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo?” Judas Tadeo estaba interesado en dar a conocer a Cristo al mundo. No como un Salvador sufriente, sino más bien, como un Rey gobernante. Nosotros podemos ver claramente por la respuesta que Jesús le dio, que el camino del poder nunca se puede reemplazar por el camino del amor.

Se ha dicho que Judas fue a predicar el Evangelio en Edesa cerca del Río Éufrates. Allí sanó a varios y muchos creyeron en el nombre del Maestro. Judas fue desde allí a predicar el Evangelio en otros lugares. Fue asesinado con flechas en el Ararat. Su cuerpo descansa en la Basílica de los Santos Apóstoles en Roma, Italia. 

El símbolo elegido para él es el barco porque fue un misionero enseñado a ser pescador de hombres.

Mateo. 1610-14. Oleo Lienzo, 97 x 77 cm. Museo de El Greco, Toledo.


        Mateo, o Leví, hijo de Alfeo, vivió en Capernaúm. Fue un publicano o cobrador de impuestos. Él escribió el evangelio que lleva su nombre. Murió como mártir en Etiopía.

El llamamiento de Mateo al grupo apostólico es mencionado en Marcos 2:14, Mateo 9:9 y Lucas 5:27-28. De estos pasajes aprendemos que Mateo también fue llamado Leví. Era una costumbre común en el Medio Este en la época de Cristo que los hombres tuvieran dos nombres. El nombre de Mateo significa “un regalo de Dios”. El nombre Leví le pudo haber sido dado por Jesús. Es interesante que Santiago el menor, quien fue uno de los doce apóstoles, fue hermano de Mateo, también el hijo de Alfeo. Aunque sabemos poco sobre Mateo personalmente, el hecho sobresaliente sobre él es que fue un recaudador de impuestos. La versión Reina-Valera lo llama publicano, lo que en latín es Publicanus, enfatizando compromiso en el servicio público, un hombre que manejaba dinero público, o un cobrador de impuestos.

De todas las naciones en el mundo, los judíos fueron los que más odiaron a los cobradores de impuestos. Para el judío devoto, Dios era el único a quien era correcto pagar tributos e impuestos. Pagarlo a cualquier otra persona era infringir los derechos de Dios. El cobrador de impuestos era odiado no sólo sobre el terreno religioso sino también porque la mayoría eran notablemente injustos.

En las mentes de varios hombres Judíos honestos, estos cobradores de impuestos eran considerados como criminales. En los tiempos del Nuevo Testamento eran clasificados junto con las prostitutas, los gentiles y los pecadores (Mateo 18:17; Mateo 21.31, 33; Mateo 9:10; Marcos 2:15, 16; Lucas 5:30). Los cobradores de impuestos han sido conocidos porque determinaban el monto debido en sumas imposibles y a menudo ofrecían dinero en préstamo a los viajeros a tasas de interés muy elevadas. Así era Mateo. Aún así, Jesús eligió un hombre a quien todos los hombres odiaban y lo hizo uno de los suyos. Jesucristo pudo ver el potencial en el cobrador de impuestos de Capernaúm.

Mateo fue diferente a los otros apóstoles, quienes fueron todos pescadores. Él pudo usar una pluma de escribir, y por su pluma llegó a ser el primer hombre en presentar al mundo, en el idioma hebreo, un relato de las enseñanzas de Jesús. Es claramente imposible estimar la deuda que la cristiandad tiene para con este despreciado cobrador de impuestos. El hombre promedio habría pensado que era imposible reformar a Mateo, pero para Dios todas las cosas son posibles. Mateo llegó a ser el primer hombre que escribió las enseñanzas de Jesús. Fue un misionero del evangelio, que cambió su vida por la fe de su Maestro. Murió decapitado por la espada. Su cuerpo se encuentra en la Catedral de San Mateo, en Sicilia, Italia.

El símbolo apostólico de Mateo es tres bolsas de dinero las cuales nos recuerdan que él fue un cobrador de impuestos antes de que Jesús lo llamara.

San Pedro Apóstol. 1610-14. Óleo lienzo, 97 x 77 cm. Museo de El Greco, Toledo.


        Simón Pedro, hijo de Jonás, era un pescador que vivió en Betsaida y Capernaúm. Hizo trabajo evangelístico y misionero entre los judíos, yendo tan lejos como a Babilonia. Fue un miembro del Círculo Interno y escribió las dos epístolas del Nuevo Testamento que llevan su nombre. La tradición dice que fue crucificado en Roma con la cabeza hacia abajo.

En cada lista apostólica, el nombre Pedro es mencionado en primer lugar. Sin embargo, Pedro tuvo otros nombres. En el tiempo de Cristo, el idioma común era el griego y el idioma familiar era el hebreo. Así su nombre griego fue Simón (Marcos 1:16; Juan 1:40, 41). Su nombre hebreo fue Cefas (1º Corintios 1: 12; 3:22; 9:5 y Gálatas 2:9). El significado griego de Simón es roca. El significado árabe de Cefas también es roca.

Por su actividad comercial, Pedro fue un pescador. Fue un hombre casado (1º Corintios 9:5) y su era Capernaúm. Jesús probablemente estableció su centro de dirección ahí cuanto visitó Capernaúm. Pedro era galileo también como lo fueron varios de los otros discípulos. Josefo describió a los galileos de esta manera: “Eran siempre aficionados a la innovación y por naturaleza dispuestos al cambio y deleitados en sedición. Estaban siempre listos para seguir al líder y para comenzar una insurrección. Eran rápidos en soltar el genio y dados a la pelea y eran hombres muy caballeros.” El Talmud dice esto de los galileos: “Eran más ansiosos por el honor que por ganar, de genio fuerte, impulsivo, emocional, despertado fácilmente por la idea de una aventura, leal hasta el fin.” Pedro fue un galileo típico. Entre los doce, Pedro fue el líder. Él sobresale como el vocero de los apóstoles. Es él quien preguntó el significado de la parábola en Mateo 15:15. Es él quien preguntó cuán seguido debemos perdonar. Es él quien indagó acerca de la recompensa para todos aquellos que siguen a Jesús. Es él el que primero confesó a Jesús y lo declaró como el Hijo del Dios Viviente. Es él quien estuvo en el monte de la Transfiguración. Es él quien vio a la hija de Jairo resucitar de los muertos. Y todavía, es él quien negó a Cristo ante un criado. Él fue un apóstol y un misionero que dio su vida por su Señor. Es verdad, Pedro cometió muchos errores, pero tuvo siempre la gracia salvadora del corazón amante. No importa cuántas veces se hubo caído y fallado, siempre recuperó su coraje e integridad.

Pedro fue martirizado sobre una cruz en el 67 d.C. Pedro solicitó que lo crucificaran cabeza abajo porque no era digno de morir como su Señor había muerto. Sus restos están en la Basílica de San Pedro, Roma, Italia.

Su símbolo apostólico es una cruz invertida con llaves cruzadas.

Felipe. 1610-14. Oleo Lienzo, 97 x 77 cm. Museo de El Greco, Toledo.


        Felipe predicó según la tradición en Phrygia y murió como mártir en Hierapolis. Felipe vino de Betsaida, el pueblo del cual Pedro y Andrés vinieron (Juan 1:44). El parecido es que él, también, fue un pescador. Aunque los primeros tres Evangelios registran su nombre (Mateo 10:3; Marcos 3:18; Lucas 6:14; Hechos 1:13), es en el Evangelio de Juan que Felipe se vuelve una personalidad viviente.

Los estudiosos no están de acuerdo sobre Felipe. En Hechos 6:5 tenemos a Felipe como uno de los siete diáconos ordenados. Algunos dicen que éste es otro Felipe. Algunos creen que realmente éste es el apóstol. Si es el mismo Felipe, entonces su personalidad tomó más vida porque tuvo una exitosa campaña en Samaria. El dirigió al eunuco etíope a Cristo (Hechos 8:26). También se quedó con Pablo en Cesarea (Hechos 21:8) y fue una de las figuras importantes en los emprendimientos misioneros de la iglesia primitiva.

El Evangelio de Juan muestra a Felipe como uno de los primeros entre tantos a quienes Jesús les dirigió la palabra “Sígueme.” Cuando Felipe conoció a Cristo, inmediatamente encontró a Natanael y le dijo “lo hemos encontrado, de quien Moisés... y los profetas, escribieron.” Natanael era desconfiado. Pero Felipe no argumentó con él; simplemente le contestó: “Ven y ve.” Esta historia nos dice dos cosas importantes sobre Felipe. Primero, muestra su correcto acercamiento al que desconfía y su simple fe en Cristo. Segundo, muestra que tenía un instinto misionero.

Felipe fue un hombre de corazón caliente y una cabeza pesimista. Fue uno a quien le hubiera gustado mucho hacer algo por otros, pero que no vio cómo esto podría ser hecho. Aún así, este simple galileo dio todo lo que tenía. Por eso Dios lo usó. Se dice que murió colgado. Mientras estaba muriendo, pidió que su cuerpo sea envuelto no en lino sino en papiro porque no era digno de que incluso su cuerpo sea tratado como el cuerpo de Jesús. Sus restos, así como el de sus hermanos, se encuentra en la Basílica de los Santos Apóstoles.

El símbolo de Felipe es una canasta, por su participación en la alimentación de los cinco mil. Es él quien marcó la cruz como un signo de cristiandad y victoria.

Simón Zelote. 1610-14. Oleo Lienzo, 97 x 77 cm. Museo de El Greco, Toledo.


        Simón, el Zelote, uno de los apenas conocidos seguidores llamado Cananista o Zelote, vivió en Galilea. La tradición dice que fue crucificado.

En dos lugares en la Versión Reina-Valera 1960 es llamado Cananista (Mateo 10:4; Marcos 3:18). Sin embargo en otros dos lugares es llamado Simón Zelote (Lucas 6:15; Hechos 1:13).

El Nuevo Testamento nos dice prácticamente nada sobre él personalmente excepto que dice que era un Zelote. Los zelotes eran nacionalistas judíos fanáticos quienes tuvieron desatención heroica por el sufrimiento envuelto y la lucha por lo que ellos consideraron como la pureza de su fe. Los zelotes fueron enloquecidos con el odio por los romanos. Fue este odio por Roma lo que destruyó la ciudad de Jerusalén. Josefo dice que los zelotes fueron personas imprudentes, celosos en buenas prácticas y extravagantes e imprudentes en las peores clases de acciones.

Desde su entorno, vemos que Simón fue un nacionalista fanático, un hombre devoto a la Ley, un hombre con un odio amargo por cualquier persona que se atreviera a comprometerse con Roma. Aún así, Simón claramente sobresalió como un hombre de fe. Abandonó todos sus odios por la fe que mostró hacia su Maestro y el amor que estuvo dispuesto a compartir con el resto de los discípulos y especialmente con Mateo, el cobrador de impuestos romano.

Simón el Zelote, el hombre que una vez pudo haber matado por lealtad a Israel, llegó a ser el hombre que vio que la voluntad de Dios no tiene servicio forzado. La tradición dice que murió como un mártir crucificado. Se encuentra actualmente en el Altar de la Crucificción en el Vaticano, Roma, Italia.

Su símbolo apostólico es un pez sobre una Biblia, lo cual indica que fue un pescador que llegó a ser un pescador de hombres mediante la predicación.

Tomás, 1610-14. Oleo Lienzo, 97 x 77 cm. Museo de El Greco, Toledo.


        Tomás Dídimos vivió en Galilea. La tradición dice que trabajó en Parthia, Persia e India, sufriendo martirio cerca de Madras, en el Monte Santo Tomás, India.

Tomás fue su nombre hebreo y Dídimos su nombre griego. Algunas veces fue llamado Judas. Mateo, Marco y Lucas no nos cuentan nada sobre Tomás excepto su nombre. Sin embargo, Juan lo define más claramente en su Evangelio. Tomás apareció en la resurrección de Lázaro (Juan 11:2-16), en el Aposento Alto (Juan 14:1-6) donde quiso saber cómo conocer el camino a donde Jesús estaba yendo. En Juan 20:25 lo vemos diciendo que a menos que vea las marcas en las manos de Jesús y en su costado, él no iba a creer. Por esto Tomás llegó a ser conocido como Tomás el incrédulo.

Tomás llegó a creer mediante la duda. Por naturaleza, él era pesimista. Era uno hombre desconcertado. Aún así, fue un hombre de valor. Fue un hombre que no podía creer hasta no haber visto. Era un hombre de devoción y fe. Cuando Jesús resucitó, volvió e invitó a Tomás a poner su dedo en las marcas que dejaron los clavos en sus manos y en su costado. Y es aquí donde vemos a Tomás haciendo la confesión de fe más grande: “Mi Señor y mi Dios.” Las dudas de Tomás fueron transformadas en fe. Tomás fue siempre como un niño pequeño. Su primera reacción fue no hacer lo que le dijeron que hiciera y no creer lo que le dijeron que creyera. Las buenas nuevas para él fueron siempre demasiado buenas para ser verdad. Mediante este hecho la fe de Tomás se volvió mas grande, intensa y convincente. Se dice que él fue encargado para construir un palacio para el rey de India, y fue muerto con una lanza como mártir por su Señor en el 72 d.C. Sus restos se encuentran en la Catedral de Santo Tomás, India.

Su símbolo es un grupo de lanzas, piedras y flechas.


Apóstol de los Gentiles

Pablo. 1610-14. Oleo lienzo, 97 x 77 cm. Museo de El Greco, Toledo.
 

        Pablo predicó en el Ágora de Atenas, junto al templo del Dios Desconocido, argumentando, que era aquel, precisamente, el que los griegos esperaban y que él les daría a conocer.

Aunque no fue de los doce a los que Cristo llamó al principio, Pablo se convirtió en el Apóstol de los Gentiles, tras su dramática conversión en el camino de Damasco. Fundó comunidades cristianas en muchos lugares, incluyendo la isla de Creta. Aparece en todos los Apostolados del Greco en lugar de Matías y siempre lleva una espada, la de su martirio, pero, sobre todo, en lo que respecta al Greco, muestra una carta en la que aparece escrito en minúsculas griegas: A Tito, ordenado primer obispo de la iglesia de los Cretenses.

El apóstol de los gentiles, murió decapitado a espada en Roma. Sus restos se encuentran en la Iglesia de San Pablo, Roma, Italia.

Listado de Papas

1. Pedro ?-64/67(?) 2. Lino 67-76(?) 3. Anacleto 79-90(?) 4. Clemente 92-101(?) 5. Evaristo 99-107(?) 6. Alejandro I 107-116(?) 7. Sixto I 116-125(?) 8. Telesforo 125-136/138(?) 9. Iginio 136/38-140/42(?) 10. Pió I 140/42-154/55(?) 11. Aniceto 154/55-166(?) 12. Solero 166-174(?) 13. Eleuterio 174-189(?) 14. Víctor I 189-198/99(?) 15. Ceferino 199-217(?) 16. Calixto I 217-222 17. Urbano I 222-230 18. Ponciano I 230-235 19. Antero 235-236 20. Fabián 236-250 21. Cornelio 251-253 22. Lucio I 253-254 23. Esteban I 254-257 24. Sixto II 257-258 25. Dionisio 259/60-267/68(7) 26. Félix I 268/69-273/74(7) 27. Eutiquiano 274/75-282/83(7) 28. Cayo 282/83-295/96(7) 29. Marcelino 295/96-304 30. Marcelo I 307-308(7) 31. Eusebio 308-310(7) 32. Miliciades 310/11-314(7) 33. Silvestre I 314-335 34. Marcos 336 35. Julio I 337-352 36. Liberio 352-366 37. Dámaso I 366-384 38. Siricio 384-399 39. Anastasio I 399-402 40. Inocencio I 402-417 41. Zósimo 417-419 42. Bonifacio I 418-422 43. Celestino I 422-432 44. Sixto III 432-440 45. León I 440-461 46. Hilario 461-468 47. Simplicio 468-483 48. Félix II 483-492 49. Gelasio I 492-496 50. Anastasio II 496-498 51. Símaco 498-514 52. Ormisda 514-523 53. Juan I 523-526 54. Félix III 526-530 55. Bonifacio II 530-532 56. Juan II 533-535 57. Agapito I 535-536 58. Silverio 536-537 59. Virgilio 537-555 60. Pelagio I 556-561 61. Juan III 561-574 62. Benedicto I 575-579 63. Pelagio II 579-590 64. Gregorio I 590-604 65. Sabiniano 604-606 66. Bonifacio III 607 67. Bonifacio IV 608-615 68. Adeodato I 615-618 69. Bonifacio V 619-625 70. Honorio I 625-638 71. Severino 640 72. Juan IV 640-642 73. Teodoro I 642-649 74. Martín I 649-653 75. Eugenio I 654-657 76. Vitaliano 657-672 77. Adeodato II 672-676 78. Dono 676-678 79. Agatón 678-681 80. León II 682-683 81. Benedicto II 684-685 82. Juan V 685-686 83. Conón 686-687 84. Sergio I 687-701 85. Juan VI 701-705 86. Juan VII 705-707 87. Sisinio 708 88. Constantino I 708-715 89. Gregorio II 715-731 90. Gregorio III 731-741 91. Zacarías 741-752 92. Esteban II 752-757 93. Pablo I 757-767 94. Esteban III 768-772 95. Adriano I 772-795 96. León III 795-816 97. Esteban IV 816-817 98. Pascual I 817-824 99. Eugenio II 824-827 100. Valentino 827 101. Gregorio IV 827-844 102. Sergio II 844-847 103. León IV 847-855 104. Benedicto III 855-858 105. Nicolás I 858-867 106. Adriano II 867-872 107. Juan VIII 872-882 108. Marino I 882-884 109. Adriano III 884-885 110. Esteban IV 885-891 111. Formoso 891-896 112. Bonifacio VI 896 113. Esteban VI (VII) 896-897 114. Romano 897 115. Teodoro II 897 116. Juan IX 898-900 117. Benedicto IV 900-903 118. León V 903 119. Sergio III 904-911 120. Anastasio III 911 -913 121. Landón 913-914 122. Juan X 914-928 123. León VI 928 124. Esteban VII (VIII) 928-931 125. Juan XI 931-935/36 126. León VII 936-939 127. Esteban VIII 939-942 128. Marino II (Martín III) 942-946 129. Agapito II 946-955 130. Juan XII 955-963 131. León VIII 963-965 132. Benedicto V 965-966 133. Juan XIII 966-972 134. Benedicto VI 973-974 135. Benedicto VII 974-983 136. Juan XIV 983-984 137. Juan XV 985-996 138. Gregorio V 996-999 139. Silvestre II 999-1003 140. Juan XVII 1003 141. Juan XVIII 1003/4-1009 142. Sergio IV 1009-1012 143. Benedicto VIII 1012-1024 144. Juan XIX 1024-1032 145. Benedicto IX 1032-1045 146. Silvestre III 1045-1046 147. Benedicto IX (2a vez) 1045 148. Gregorio VI 1045-1046 149. Clemente II 1046-1047 150. Benedicto IX (3a vez) 1047-1048 151. Dámaso U 1048 152. León IX 1049-1054 153. Víctor II 1055-1057 154. Esteban IX 1057-1058 155. Nicolás II 1059-1061 156. Alejandro II 1061-1073 157. Gregorio VII 1073-1085 158. Víctor III 1086-1087 159. Urbano II 1088-1099 160. Pascual II 1099-1118 161. Gelasio II 1118-1119 162. Calixto II 1119-1124 163. Honorio II 1124-1130 164. Inocencio II 1130-1143 165. Celestino II 1143-1144 166. Lucio II 1144-1145 167. Eugenio III 1145-1153 168. Anastasio IV 1153-1154 169. Adriano IV 1154-1159 170. Alejandro III 1159-1181 171. Lucio III 1181-1185 172. Urbano III 1185-1187 173. Gregorio VIII 1187 174. Clemente III 1187-1191 175. Celestino III 1191-1198 176. Inocencio III 1198-1216 177. Honorio III 1216-1227 178. Gregorio IX 1227-1241 179. Celestino IV 1241 180. Inocencio IV 1243-1254 181. Alejandro IV 1254-1261 182. Urbano IV 1261-1264 183. Clemente IV 1265-1268 184. Gregorio X 1271-1276 185. Inocencio V 1276 186. Adriano V 1276 187. Juan XXI 1276-1277 188. Nicolás III 1277-1280 189. Martin IV 1281-1285 190. Honorio IV 1285-1287 191. Nicolás IV 1288-1292 192. Celestino V 1294 193. Bonifacio VIII 1294-1303 194. Benedicto XI 1303-1304 195. Clemente V 1305-1314 196. Juan XXII 1316-1334 197. Benedicto XII 1334-1342 198. Clemente VI 1342-1352 199. Inocencio VI 1352-1362 200. Urbano V 1362-1370 201. Gregorio XI 1370-1378 202. Urbano VI 1378-1389 203. Bonifacio IX 1389-1404 204. Inocencio VII 1404-1406 205. Gregorio XII 1406-1415 206. Martín V 1417-1431 207. Eugenio IV 1431-1447 208. Nicolás V 1447-1455 209. Calixto III 1455-1458 210. Pío II 1458-1464 211. Pablo II 1464-1471 212. Sixto IV 1471-1484 213. Inocencio VIII 1484-1492 214. Alejandro VI 1492-1503 215. Pío III 1503 216. Julio II 1503-1513 217. León X 1513-1521 218. Adriano VI 1522-1523 219. Clemente VII 1523-1534 220. Pablo III 1534-1549 221. Julio III 1550-1555 222. Marcelo II 1555 223. Pablo IV 1555-1559 224. Pío IV 1559-1565 225. Pío V 1566-1572 226. Gregorio XIII 1572-1585 227. Sixto V 1585-1590 228. Urbano VII 1590 229. Gregorio XIV 1590-1591 230. Inocencio IX 1591 231. Clemente VIH 1592-1605 232. León XI 1605 233. Pablo V 1605-1621 234. Gregorio XV 1621-1623 235. Urbano VIH 1623-1644 236. Inocencio X 1644-1655 237. Alejandro VII 1655-1667 238. Clemente IX 1667-1669 239. Clemente X 1670-1676 240. Inocencio XI 1676-1689 241. Alejandro VIII 1689-1691 242. Inocencio XII 1691-1700 243. Clemente XI 1700-1721 244. Inocencio XII 1721-1724 245. Benedicto XIII 1724-1730 246. Clemente XII 1730-1740 247. Benedicto XIV 1740-1758 248. Clemente XIII 1758-1769 249. Clemente XIV 1769-1774 250. Pío VI 1775-1799 251. Pió VII 1800-1823 252. León XII 1823-1829 253. Pío VIII 1829-1830 254. Gregorio XVI 1831-1846 255. Pío IX 1846-1878 256. León XIII 1878-1903 257. Pío X 1903-1914 258. Benedicto XV 1914-1922 259. Pío XI 1922-1939 260. Pío XII 1939-1958 261. Juan XXIII 1958-1963 262. Pablo VI 1963-1978 263. Juan Pablo I 1978 264. Juan Pablo II 1978- 2005 265. Benedicto XVI 2005 2013 266. Francisco 2013 hasta hoy.